Hay trabajos y trabajos
Hay trabajos y trabajos, hay empresas y empresas y hay empresarios y empresarios. Alguien me comentó una vez que cuando un empresario paga a un trabajador 2.000 euros pero el trabajador recibe 1.500, el trabajador pretenderá trabajar por 1.500 y el empresario querrá que el trabajador genere más de esos 2.000 euros que cuesta.
No es lo mismo un psicologo que un abogado, igual que no es lo mismo un albañil de la construcción que una persona enfocada a la creación de videojuegos para ordenador.
En el medio, como sabemos, está el estado que como monstruo que es se lleva esos 500 euros para gastarlos o malgastarlos, según opiniones, en aquello que quien tenga potestad desee, tanto si lo hace en washitapes para fiestas infantiles como si lo hace en ayudar a niños desamparados a tomar una merienda.
Muchas veces la clave para saber cuál es un trabajo que consideremos bien remunerado implicará las condiciones laborales y la capacidad para conseguir que el tiempo que se le dedica esté en relación con el beneficio que el empleo de ese tiempo genera.
En fin, que siempre podemos acabar comprándole un samsung y seguramente la criatura estará mucho más contenta.
El caso es quién le pone el cascabel al gato y da de una vez la voz de alarma sobre cómo están evolucionando las cosas. Porque es realmente triste observar cómo no hay nadie que se atreva a decir lo que es claro: mientras más les bajen los impuestos a los empresarios más capacidad tendrán estos de contratar a más parados para que generen beneficios, menos costará al estado y mejor viviremos todos.
Team building que dicen los americanos
Pero para eso hacen falta dos cosas: que el empresario contrate, que se genere un team building, lo que hará si gana con ello, y que alguien que no trabaja quiera hacerlo porque le es más rentable trabajar por un sueldo que cobrar sin trabajar aunque se cobre menos.
El caso es que siempre puede haber una casa de oficios donde podamos descansar un poco.
La clave está en saber compensar todos estos elementos y en lograr que atender a los más necesitados no sea similar de hacer el caldo gordo a los jetas, que hacer que paguen los que tienen muchos una parte para que todos, incluyendo ellos, tengan ciertos servicios no estire demasiado el chicle y haga que todos, aunque ellos también, vivamos peor.
Ser capaces de encontrar el justo medio es una función interesante, ahora solo toca buscarla.
