Un truco contra el desahucio

Cuestión de camuflaje.

Hablando con la gente del blog de Fraude Fiscal, comentaban una posibilidad que no entraba en su temática, pero encaja perfectamente en la nuestra, así que os la trasladamos.

Si no puedes pagar tu hipoteca, vas a perder tu casa. De eso no hay quien te libre, y en cierto modo es normal, porque los contratos se firman para cumplirlos.  Aún así, la gente que no paga sigue necesitando un lugar para vivir, y en nuestra opinión el banco traslada el problema a la sociedad entera, creando con s desahucio un vagabundo o un trabajador en negro, pues en caso contrario vería su nómina menguada por el embargo salarial.

Eso no nos interesa a nadie, socialmente, y tampoco desde el punto de vista humano, así que aunque sea sólo pro egoísmo, tenemos que buscar una salida para esas personas que eran gente normal, nada de individuos antisociales, y que de pronto se han quedado en la calle por un embargo hipotecario.

Por tanto, hay que aguzar el ingenio y buscar un modo de reducir los daños. Y el peor daño, que puede llevar a otros, es quedarse en la calle, así que es prioritario evitarlo. Para ello hay un sistema que pasamos a detallar:

Cuando llegue la notificación de embargo del piso, hay que resistirse hasta última hora, con el papeleo que haga falta y los métodos que cada cual pueda allegarse, como alegar que se ha pagado, dificultar la notificación, ingresar un parte de la deuda, etc. Pero cuando el desahucio sea inminente y ya se ha hecho todo lo posible para detenerlo, no hay que resistirse, ni llorar, ni tratar de retrasarlo unos inútiles días más. Cuando el embargo  es un hecho, hay que armarse de valor, ir al juzgado, aceptar los términos del embargo, ir al banco, firmar las  escrituras, decir que se está de acuerdo en todo, firmar ante notario que se está de acuerdo en todo y despedirse del piso, con los pappeles, los convenios y las bendiciones del banco, que al fin ha conseguido quedarse con la casa.

Y ahora, acto seguido, y sin perder un segundo, cambiar las llaves de la puerta, cambiar el titular de los suministros,  Y SEGUIR en la casa, pero ya no como propietareio, sino como okupa. Porque siendo okupa, para echarte se requiere un proceso judicial distinto que pued ellevar otros dos o tres años. Si no hubieses firmado el convenio con el banco, y todos los papeles oportunos, seguirías siendo el dueño y responsable de lo que sucediera en esa vivienda, pero como ya los firmaste, el dueño es el banco y tú eres un okupa, con lo que el expediente juducial anterior, pierde vigor y hau que comenzar de nuevo.

De acuerdo, se ha perdido el piso. De acuerdo, puede que caerte un paquete y te acabarán echando. Pero en un tiempo. ¿Y quién sabe lo que puede suceder en ese tiempo?

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